¿Cuál es el beneficio de diezmar y ofrendar en el Nuevo Testamento? En las Escrituras encontramos que el diezmo y la ofrenda no solo son una forma de apoyar económicamente la obra de Dios, sino también de experimentar la fidelidad y provisión divina en nuestras vidas. A través de estas prácticas, demostramos nuestra confianza en Dios como nuestro proveedor y participamos activamente en la expansión de su reino en la Tierra. ¡Descubre cómo el acto de diezmar y ofrendar puede transformar tu relación con Dios y abrir puertas de bendición en tu vida!
El diezmo y la ofrenda en el Nuevo Testamento: Su significado y relevancia en la actualidad
En el Nuevo Testamento, el tema del diezmo y la ofrenda se aborda principalmente en el contexto de la generosidad y el apoyo a la obra de Dios. El diezmo, que representa el 10% de nuestros ingresos, se menciona en el libro de Malaquías como una forma de honrar a Dios y sostener Su obra. Por otro lado, las ofrendas son donativos voluntarios que se dan con alegría y generosidad.
Es importante tener en cuenta que en el Nuevo Testamento no se establece un mandato específico sobre el diezmo como en el Antiguo Testamento, pero se enfatiza la importancia de dar de manera generosa y desinteresada. En 2 Corintios 9:7 se nos anima a dar según lo que hemos decidido en nuestro corazón, no de mala gana ni por obligación, ya que Dios ama al dador alegre.
En la actualidad, el diezmo y la ofrenda siguen siendo relevantes como expresión de nuestra gratitud hacia Dios y como una forma de contribuir al sostenimiento de la obra de la iglesia y al bienestar de los necesitados. Al dar de manera generosa, demostramos nuestra confianza en Dios como proveedor y nuestra disposición a compartir con los demás lo que Él nos ha dado.
Recuerda que tanto el diezmo como las ofrendas deben ser dados con un corazón agradecido y generoso, sin esperar nada a cambio, confiando en que Dios bendecirá nuestras vidas y nuestra generosidad.
La enseñanza del diezmo en el Nuevo Testamento
En el Nuevo Testamento, encontramos referencias a la práctica del diezmo principalmente en los evangelios y en las epístolas de Pablo. Aunque Jesús no ofreció una enseñanza explícita sobre el diezmo, se menciona en Mateo 23:23 donde critica a los fariseos por enfocarse en el diezmo externo pero descuidar la justicia, la misericordia y la fe.
Por otro lado, en Hebreos 7:8 se hace referencia al sacerdocio de Melquisedec como superior al sacerdocio levítico, mencionando que Abraham pagó el diezmo a Melquisedec, lo que destaca la importancia y la validez del diezmo como una práctica espiritual.
Además, en 1 Corintios 9:13-14, el apóstol Pablo defiende el derecho de los obreros del evangelio a recibir un sustento material de la obra que realizan, comparando su labor con la de los sacerdotes que vivían del templo y recibían los diezmos del pueblo. Esto sugiere que la práctica del diezmo continúa en el Nuevo Testamento como una forma de sostener económicamente la obra del ministerio cristiano.
La actitud del corazón en la ofrenda en el Nuevo Testamento
En el Nuevo Testamento, se resalta la importancia de la actitud del corazón al dar, más que la cantidad misma de la ofrenda. En 2 Corintios 9:7, Pablo anima a los corintios a dar de manera generosa y voluntaria, enfatizando que «cada uno dé según lo que haya decidido en su corazón, no de mala gana ni por obligación, porque Dios ama al que da con alegría».
Esta enseñanza refleja la idea de que la ofrenda en el Nuevo Testamento debe surgir de un corazón agradecido y generoso, sin ser motivada por la obligación o el legalismo. Dios valora la disposición de dar con alegría y generosidad, más que la cantidad específica que se ofrece.
Además, en Lucas 21:1-4, se destaca la actitud de una viuda pobre que dio dos pequeñas monedas como ofrenda en el templo. Aunque su cantidad era mínima, Jesús elogió su contribución porque la dio de todo su sustento, mostrando así su entrega total y su fe en Dios.
El propósito de diezmar y ofrendar en el Nuevo Testamento
En el Nuevo Testamento, el propósito de diezmar y ofrendar va más allá de simplemente cumplir con una norma religiosa o financiar las obras de la iglesia. Dar de manera generosa y constante es una expresión de gratitud hacia Dios, de confianza en su provisión y de participación en su obra en la tierra.
En 2 Corintios 8:7, Pablo insta a los corintios a crecer en todas las áreas de su vida, incluyendo en el acto de dar: «Así que, así como sobresalen en todo –en fe, en palabra, en conocimiento, en toda solicitud y en nuestro amor por vosotros– también sobresalgan en esta generosidad».
El diezmo y la ofrenda en el Nuevo Testamento son una oportunidad para demostrar nuestra dependencia de Dios como proveedor y nuestra disposición a colaborar en la expansión de su reino en la tierra.
La recompensa de dar en el Nuevo Testamento
En el Nuevo Testamento, se mencionan las bendiciones y recompensas que vienen asociadas al acto de dar con generosidad y fe. En Lucas 6:38, Jesús enseña: «Den, y se les dará: se les echará en el regazo una medida llena, apretada, sacudida y desbordante. Porque con la medida que midan a otros, se les medirá a ustedes».
Esta promesa refleja el principio bíblico de la siembra y la cosecha, donde aquello que sembramos con generosidad y fe, será multiplicado y devuelto a nosotros de manera abundante por la fidelidad de Dios.
Asimismo, en 2 Corintios 9:6 se afirma: «El que siembra escasamente, también segará escasamente; y el que siembra generosamente, generosamente también segará». Esto nos recuerda que nuestra actitud al dar determina la medida de la bendición que recibiremos de Dios.
En resumen, el Nuevo Testamento nos enseña que el diezmo y la ofrenda son prácticas espirituales fundamentales que deben surgir de un corazón agradecido, generoso y confiado en la provisión divina, con la expectativa de recibir bendiciones y recompensas de parte de Dios.
¿Qué enseñanzas específicas se encuentran en el Nuevo Testamento sobre el diezmo y la ofrenda?
En el Nuevo Testamento, se enseña que los creyentes deben dar generosamente y con alegría a la obra del Señor, sin especificar un porcentaje fijo como en el Antiguo Testamento. Se destaca la importancia de dar de corazón y según la capacidad de cada uno, no como una obligación legal.
¿Cuál es la importancia de practicar el diezmo y la ofrenda en la vida de un creyente bajo la enseñanza del Nuevo Testamento?
La importancia de practicar el diezmo y la ofrenda en la vida de un creyente bajo la enseñanza del Nuevo Testamento radica en la obediencia a Dios, la provisión para la obra de la iglesia y el apoyo a los necesitados. Es una expresión de gratitud y confianza en Dios que promueve la generosidad y el sostenimiento de la obra del Reino.
¿Cómo podemos aplicar los principios del diezmo y la ofrenda en la actualidad según lo establecido en el Nuevo Testamento?
En el Nuevo Testamento, se anima a los creyentes a dar de manera generosa y alegre tanto en el diezmo como en las ofrendas, como expresión de amor y gratitud hacia Dios. Aunque no hay una prescripción específica sobre el diezmo en el Nuevo Testamento, la actitud de dar con generosidad y sacrificio es enfatizada por Jesús y los apóstoles. Los principios del diezmo y la ofrenda pueden aplicarse en la actualidad mediante una disposición de corazón para dar con generosidad, alegría y de forma constante, reconociendo que todo lo que tenemos proviene de Dios y que somos administradores de sus recursos.